El gusano barrenador del Nuevo Mundo es un parásito que puede ser muy peligroso.
Es la larva (una especie de “gusano”) de una mosca, cuyo nombre científico es Cochliomyia hominivorax. Este “gusano” necesita vivir dentro de mamíferos, incluidos los humanos, para poder crecer.
¿Cómo nos afecta el gusano barrenador?
Las larvas se alimentan de la piel y los tejidos de su “huésped”, escarbando en las heridas.
Esto causa una enfermedad grave llamada miasis traumática, que puede ser incluso mortal si no se trata. Normalmente, las infestaciones ocurren en heridas que ya existen, ya sea por golpes o por prácticas ganaderas, pero también pueden aparecer en zonas húmedas como la boca o la nariz.
El Ciclo de Vida de la Mosca:
La mosca hembra pone cientos de huevos en los bordes de una herida. En apenas 12 a 24 horas, nacen las larvas y rápidamente empiezan a excavar en la herida para alimentarse. Después de crecer y cambiar tres veces, las larvas abandonan la herida y caen al suelo, donde se entierran para convertirse en pupas (una etapa antes de ser mosca adulta). Todo este ciclo puede durar menos de tres semanas en climas cálidos.
¿Cómo se previene y se trata?
Tratamiento: Si ya hay infestación, se suelen aplicar insecticidas especiales en la herida para matar las larvas y evitar que vuelvan.
Prevención: Se pueden usar productos químicos (organofosforados) en animales para protegerlos, o inyectar avermectinas a los animales con riesgo. También es clave controlar muy bien el movimiento de animales que vienen de zonas donde ya hay casos.
Sin Vacunas: No existen vacunas para prevenir esta infestación. Sin embargo, hay una técnica llamada “técnica de los insectos estériles”: se liberan muchísimas moscas macho esterilizadas al ambiente. Cuando estas se aparean con las hembras salvajes, los huevos que ponen no nacen, lo que ayuda a reducir y, con el tiempo, eliminar la población de la mosca.
Es muy importante saber que los seres humanos también podemos infestarnos, especialmente niños, personas mayores o quienes ya están enfermos. Si esto ocurre, las consecuencias pueden ser graves y, en algunos casos, incluso mortales. Por eso, es vital estar atentos a cualquier herida y, si se vive en zonas de riesgo, tomar precauciones.