El gobierno de Venezuela anunció una reducción de la jornada laboral en el sector público a 13.5 horas semanales, como respuesta a la crisis energética que afecta al país.
A partir de ahora, los empleados públicos trabajarán únicamente tres días a la semana, en jornadas de apenas 4 horas y media, totalizando 13.5 horas semanales.
Según lo explicado por Óscar Murillo, director de la ONG Provea, el país actualmente solo genera el 20% de la electricidad que necesita para operar con normalidad, obligando a tomar medidas de racionamiento energético.
¿En qué consiste la nueva jornada laboral?
La medida aplica exclusivamente al sector público. Las nuevas jornadas se desarrollarán de lunes a viernes, de 8:00 a 12:30 horas, lo que representa una disminución de más del 65% respecto a la jornada estándar de 40 horas semanales.
La reducción de la jornada laboral no solo afecta la operatividad del Estado, sino que también golpea directamente el poder adquisitivo de los empleados públicos, que podrían ver mermados sus ya reducidos salarios.
En redes sociales, ciudadanos han manifestado su descontento con la situación, denunciando que la medida no resuelve el problema de fondo y que evidencia la fragilidad del sistema eléctrico y la ineficiencia del gobierno.
¿Cuáles son las causas de la crisis energética?
La crisis eléctrica en Venezuela viene desde hace más de una década, el país ha enfrentado apagones constantes y deficiencias en el suministro.
Durante la pandemia de 2020, el gobierno ya había recurrido al racionamiento de energía y a recortes en la jornada laboral.
Aunque se han realizado millonarias inversiones en plantas generadoras, muchas de ellas financiadas por capital extranjero, la corrupción, la falta de mantenimiento y una mala gestión de recursos han impedido cualquier mejora real en el sistema eléctrico.