La agrupación, conformada por los hermanos Huerta, se presentará por primera vez en un evento abierto al público en Cancún el próximo 22 de marzo.
Don Omar y los cancunenses van de la mano a través de la historia, y es que la identidad de un grupo de jóvenes se formó gracias a las enseñanzas de la calle, las mismas que ofrecía en sus letras “El Señor de la Noche”. Mientras los primeros cancunenses nacidos en la ciudad buscaban su identidad, William Omar Landrón (Don Omar) guiaba a estos adolescentes hasta su juventud a punta de perreo, reguetón y “cachondeo”.
Corrían los años 2004, y Cancún experimentaba el “boom” del crecimiento poblacional más grande de ese entonces en México, ya que pasó de 8 mil 500 habitantes a tener 397 mil para el año 2000. Muchos venían de fuera por una oportunidad de trabajo: familias enteras con niños, pero sobre todo aquellos que llegaron en los 80 y 90 y formaron sus propias familias.
En ese momento, la zona urbana era un revoltijo. La gente se despertaba con el sonido de las retroexcavadoras rompiendo piedras a lo lejos. Pasaban meses con calles con huecos lineales porque apenas pondrían las tuberías. Usábamos puentes improvisados para cruzar la calle, y siempre con alergias, conjuntivitis o infecciones. Solo la gente del centro se sentía parte de la ciudad y se sentían fundadores. En las llamadas regiones no había nada, bueno, había carencia, mucha violencia dentro de las familias, abandono de los padres con sus jornadas de 16 horas de trabajo en la Zona Hotelera y el Aeropuerto.
De repente, un grupo de artistas comenzó a cantar. La melodía venía con un sentimiento de pertenencia, de barrio, que entendía el sentir de la juventud. Hasta ese momento, Estados Unidos dominaba culturalmente. Se escuchaba de todo en español, pero también Usher, Beyoncé, Jay-Z, 50 Cent, y mexicoamericanos como Akwid y Kumbia Kings. Pero nada se sentía genuino hasta que un sonido revolucionario nació al mismo tiempo que la verdadera generación cancunense.
Recordando el 2004, en esos tiempos comenzaron las tardeadas en las escuelas cuando se celebraba el día del estudiante, y fue cuando unos DJ aventurados decidieron usar la música que era exitosa en Puerto Rico y que les llegó de primera mano. Fue entonces cuando inició la revolución y la identidad de toda una generación que hoy predomina en la ciudad de Cancún.
“Cuéntale que te conocí bailando, cuéntale que soy mejor que él, cuéntale que te traigo loca, cuéntale que no lo quiere ver”, fue un “boom” instantáneo.
En ese momento, la música era un refugio para los adolescentes que buscaban compañía y ser escuchados, o al menos no ser violentados en todas las formas por sus abuelos, padres, tíos o maestros. Comenzaron a formar “grupitos” de amigos, que se convirtieron en bandas AB o Anti-AB.
Rápidamente, Don Omar, Daddy Yankee, Ivy Queen, Wisin y Yandel, Nina Sky, Tego Calderón, se convirtieron en las figuras que los representaban. Llegaron los videos musicales y todos querían ser como ellos. Los bailes fueron adoptados de forma inmediata. Fue un suceso ver por primera vez a los jóvenes queriendo pertenecer y ser parte de este estilo de vida.
Se tocaron temas muy fuertes para la época, y otros muy románticos para el género (en ese momento no lo consideraban música): “Aunque te Fuiste” y “Pobre Diabla” representaban perfectamente lo que vivían los adolescentes de aquellos momentos.
Surgieron nuevos talentos en el género, como Calle 13, que inició con “Atrévete-te”, Héctor y Tito, Zion y Lennox, comenzaban a tomar relevancia, y esto también propiciaba una ciudad joven, rebelde y con ganas de ser vistos.
Hubo mucha gente en contra. Se prohibió en las escuelas, y en las comunidades religiosas fue un tema que se discutió por muchos años.
“Bandoleros”, “Reggaetón Latino”, fueron temas de resistencia y de identidad para los jóvenes: “Aunque digan que soy un bandolero donde voy, le doy gracias a Dios por hoy estar en donde estoy, y voy a seguir con mi tumbao y con mis ojos colorados, con mi tattoo activado”, dice uno de los temas.
En 2005, la ciudad se deshizo tras el paso del huracán Wilma en octubre. Hubo un caos. Es verdad que la Zona Hotelera se levantó en días, pero la zona urbana quedó destruida. Había un ambiente tenso en las calles, y la música fue la que ayudó a sobreponerse de esa realidad.
Tras meses de incertidumbre y muchos sin trabajo, “Salió el Sol” parecía que Don Omar escribía para la ciudad.
“La primera vez que yo estuve en México fue hace más de 15 años, era más joven y recuerdo por primera vez haber visto un público al que yo no tenía totalmente claro que amaban tanto mi música o que conocían tanto de mi música. Recuerdo que una de las primeras veces que viajé a México fui a Cancún y estuve en una discoteca que se llama The City”, compartió Don Omar en entrevista.
Don Omar y la primera generación de reguetoneros dieron forma a esta sociedad. Tan grande fue el impacto que por esta zona se comenzó a distribuir la música que se haría global en tan solo unos años más, y que aún sigue siendo un fenómeno, pues en esos adolescentes del 2004 sigue existiendo esas ganas de sobresalir y llegar lejos, como lo hicieron todas esas estrellas del “ghetto”.
Prueba de ello es que siguen pasando los años y Daddy Yankee logró reunir a 30 mil personas en esta ciudad, Yandel 21 mil en un carnaval y ahora se espera a 15 mil personas en el Autódromo de Cancún, listas para cantar y sobre todo bailar los temas de Don Omar.
“Me enamoré de Cancún, estuve en esta ciudad casi 30 días. Me enamoré de los paisajes, de las playas, me enamoré de su gente y de su comida, Cancún cambió todo cuando llegué por primera vez”, dijo Don Omar.