Con deudas que suman más de 200 millones de dólares y una creciente aversión por este tipo de espectáculos, el panorama de los delfinarios no es alentador.
Tras los escándalos ocurridos en los diferentes delfinarios de Quintana Roo a lo largo de la última década, la gente ha perdido el interés por visitar estos lugares. En concreto, han disminuido un 15% las actividades con delfines, una de las principales causas por las cuales la empresa Dolphin Discovery se declaró en bancarrota, pues debe más de 200 millones de dólares a sus diferentes proveedores.
Hace dos semanas, se viralizó un video en el cual se veía a un delfín impactar contra el concreto de instalaciones no aptas para este tipo de mamíferos, durante un espectáculo en uno de los hoteles de la cadena Bahía Príncipe, el hotel Barceló. Esta situación puso en la mira a la empresa Dolphinaris, que administra el delfinario perteneciente a Barceló, donde se compartió la filmación del delfín chocando contra la pared del tanque. El delfinario ya cerró.
Por otra parte, hace unos momentos, la empresa Dolphin Discovery se declaró en bancarrota y actualmente tiene una deuda con sus proveedores de más de 200 millones de dólares. Según Eduardo Albor, CEO de Dolphin Discovery, se realizarán los pagos correspondientes; sin embargo, las acciones en la bolsa de valores han caído significativamente.
La asociación Dolphin Freedom, del Reino Unido, ha mencionado a través de varios comunicados que Dolphin Discovery busca un rescate, pero tiene poca asistencia en todos sus parques en México.
“Podemos confirmar esto de primera mano, ya que hemos estado diciendo esto desde hace varios años. ¡Los delfinarios están vacíos! Además de esto, tienen demandas en los Estados Unidos y muchas facturas sin pagar”, indica la asociación.
Los defensores de los derechos animales señalan que, a estas alturas, la popularidad del “espectáculo de delfines” no va a aumentar, solo va a disminuir más. Como ejemplo, citaron que en el año 2024, al menos tres delfinarios dirigidos por Albor cerraron solo en México.
Por otra parte, esta situación preocupa a quienes trabajan directamente en los delfinarios de Quintana Roo, pues es parte de la industria turística, y esto podría dejar en el desempleo a miles de trabajadores. La situación se sigue complicando para este tipo de espectáculos que ha dejado de ser rentable debido a que el turismo lo consume menos.